domingo, 15 junio 2025
Por: Ulpiano Manrique Plata
Cada mes de junio, Neiva y el Huila entero celebran con orgullo sus raíces durante las fiestas de San Pedro y el Reinado Nacional del Bambuco, una tradición que mezcla el legado indígena y campesino del pueblo opita. En medio de esta celebración cultural resalta la figura de Omar Cuéllar Silva, folclorista huilense que ha dedicado su vida a mantener viva la música tradicional, especialmente la rajaleña, ese canto picante y alegre que narra la vida cotidiana del campo con humor y crítica social.
Omar heredero artístico de José Antonio Cuéllar Meléndez, el primer “Rumichaca”, quien lo formó desde niño en los valores del folclor como identidad, memoria y resistencia. Inspirado por él, Omar adoptó el mismo nombre artístico y creó junto a su familia la agrupación Aires de Rumichaca, un colectivo musical que ha funcionado como escuela para más de 300 jóvenes y adultos, promoviendo la música campesina con pedagogía, creatividad e innovación sin perder su esencia.
Gracias a su esfuerzo, la rajaleña ha resurgido y se ha posicionado nuevamente en escenarios locales, nacionales e incluso internacionales, representando con orgullo al Huila en países como Italia y otras naciones europeas, llevando el mensaje de un folclor vivo y en constante evolución.
Omar Cuéllar se une así a grandes nombres del folclor huilense como Jorge Villamil, Anselmo Durán Plazas y José Ignacio Olave, demostrando que el folclor no es solo tradición, sino también creación, comunidad y resistencia.
En estas fiestas de San Pedro, escuchar una copla de Rumichaca no es solo reír o aplaudir: es recordar quiénes somos y de dónde venimos. Es celebrar que la música de nuestros abuelos sigue viva en las nuevas generaciones. Porque mientras haya una rajaleña sonando en las plazas, habrá también esperanza y cultura latiendo en el corazón del Huila.
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